PROYECCION DEL AUDIVISUAL DEL 75 ANIVERSARIO EL 6 DE ABRIL ANTES DE LA FUNCION

DE LOS ORIGENES FUNDACIONALES DE NUESTRA HERMANDAD

Como ya los hermanos conocen en el año 2009 se celebró el 60 aniversario fundacional de nuestra Hermandad motivo por el cual la Virgen del Prado procesionó nuevamente por las calles de Sevilla y todo ello una vez se consiguió recuperar el Acta fundacional (de principios de 1.949) de la misma y que se encuentra en nuestro archivo. A continuación os transcribimos el artículo que sobre los orígenes de la Hermandad realizó nuestro hermano José María Ruiz Granado en 2008.

DE LOS ORIGENES DE LA HERMANDAD 1900 - 1951

En este artículo escribiré sobre los antecedentes y los orígenes de la Hermandad de la Virgen del Prado de Higuereños residentes en Sevilla. Para ello, como es natural, tenemos que mirar a Higuera de la Sierra, por ser allí donde nuestra Hermandad tiene sus raíces.
Así pues, hemos de remontarnos a finales de la primera década de 1900 y, especialmente, el inicio de la década de 1920. Durante esos años se produjo una crisis en el sector suberícola que afectó de sobremanera a Higuera de la Sierra. Nuestro pueblo, que durante mucho tiempo fue considerado un pueblo corchero y “taponero”, atravesó en la década de los años veinte una de sus peores dificultades causadas, entre otros motivos, por la introducción de la maquinaria en los sectores productivos. Existía también cierto ánimo de generar un polo industrial en Sevilla, para lo cual surgió la necesidad de trasladar población de la campiña y, sobre todo, de la sierra, a la ciudad en un intento por potenciar el sector fabril y de procurar el incremento del sector secundario, que, en los años veinte, tanto necesitaba España debido a que la revolución industrial que, por avatares históricos, otros Estados realizaron a lo largo del siglo XIX, España no pudo comenzar a hacerlo de modo más o menos generalizado, hasta finalizada la Gran Guerra.
Así pues, eran muchos los higuereños que iniciaron un éxodo a otros lugares ante la inestabilidad y el desempleo generado por la crisis en el negocio del corcho: Sevilla, fundamentalmente, pero también Ríotinto, Aracena, Madrid y Barcelona fueron otros destinos de higuereños que buscaban fortuna. Centrándonos en la provincia de Sevilla, fueron muchos los higuereños que se trasladaron a San Juan de Aznalfarache, Santiponce, Camas, Morón de la Frontera…
Llegó a ser común que higuereños emigrados realizasen recíprocos servicios de ayuda mutua a otros tantos higuereños igualmente emigrados por conocer de buena mano cuáles eran las condiciones en las que vivían y las penurias por las que en ocasiones atravesaban sus vidas. El imperecedero recuerdo de su patria chica y el anhelo de volver a ella para orar ante la Virgen del Prado y darle gracias por Su ayuda, mantenía viva esta llama siempre.
No obstante, a partir de 1925 comenzó a suceder cada vez con más frecuencia que higuereños que se trasladaban a Sevilla en busca de mejor vida fracasaban, carecían de las necesidades más elementales y se vieron arrojados a una pobreza mísera que, en ocasiones, les obligaba a regresar nuevamente a Higuera. Algunos llegaron a perecer de hambre.
Es evidente que estos emigrados pronto comenzaron a tener descendencia y que, a la vez, esta descendencia ya no vivía en Higuera pero pasaba allí temporadas, disfrutando en su plenitud de Higuera de la Sierra.
Pues este que acabo de relatar fue el caldo de cultivo que, sabiamente, nuestro insigne higuereño D. MANUEL FAL CONDE, utilizó el diez de agosto de 1.926 para proponer al Ayuntamiento de Higuera la creación de una institución con fines tan originales como visionarios y futuristas y hoy día es considerada tan avanzada que sólo hasta la década de los noventa no ha vuelto a haber en España nada similar a ello. Nos referimos a la creación de una CONFEDERACIÓN DE EMIGRADOS DE HIGUERA DE LA SIERRA.
A esta idea se sumaron rápidamente D. Rafael Lancha Fal y D. José Mensaque Arana.
Los proponentes eran conscientes de que muchos de los emigrados no mantenían relaciones ni entre sí. Algunos ni siquiera con el pueblo. Sabían que otros tantos que partían en busca de trabajo volvían al poco por no haber fructificado sus gestiones o por ser la vida en la urbe más difícil que en el pueblo. De hecho, en caso de ayuda, lo más que recibían era cobijo durante algún tiempo y ayuda en metálico para regresar.
Por ello, el grupo liderado por D. Manuel Fal Conde ideó una organización en Sevilla dependiente del Ayuntamiento de Higuera de la Sierra que fomentase la mutua ayuda, el amor por Ntra. Sra. del Prado y el Santísimo Cristo del Rosario la protección y socorro de los más necesitados y, sobre todo, la colocación de los trabajadores, de modo que sus costes se abonarían con subvenciones del Ayuntamiento de Higuera y con cuotas voluntarias de sus afiliados. Así, todo higuereño estuviese desempleado y deseare marchar a Sevilla, se pusiese antes en contacto con la Confederación para que ésta le tramitase la colocación y evitar así que los higuereños se lanzasen en solitario hacia aventuras de final incierto.
Por este motivo, pensamos que, actualmente, y por poner un ejemplo fácil de entender, creemos que la Oficina informativa que la Junta de Andalucía tiene en Bruselas para informar de las políticas de la Unión Europea no difiere, en sustancia, de la idea originaria del Sr. Fal Conde, que no era sino crear una suerte de Oficina Informativa (si no Consulado, si se me permite tal comparación) de Higuera de la Sierra en Sevilla.
Los tres proponentes solicitaron que la Virgen del Prado fuese llevada de modo extraordinario a Higuera para poder constituir la Confederación ante la Virgen del Prado y el Cristo del Rosario. Dichos proposición y proyecto fueron acogidos con extraordinario entusiasmo por el Sr. Alcalde de la Villa. Sin embargo, tanto el Señor Cura Párroco, D. Enrique López, como la Hermandad de la Virgen del Prado de Higuera, siendo Hermano Mayor D. Fidel Fernández, se negaron al traslado extraordinario de la Virgen al pueblo del 12 al 15 de septiembre. (Tal vez debido a que el año anterior la Virgen hubo ardido y tuvo que ser restaurada de urgencia y la Junta Directiva, aún con miedo en el cuerpo a que sucediese algo otra vez, decidió no exponerla a una nueva procesión que, a nuestro modo de entender, debió haberse realizado). Ante la negativa tanto del párroco como de la Hermandad, por no entender la altura del proyecto, al traslado extraordinario, los tres proponentes de la idea de crear una Confederación de Higuereños desistieron de la misma y así lo comunicaron a las respectivas instancias el 29 de agosto de 1926.
Pero esa idea no cayó en saco roto. Los documentos que obran en poder de la Hermandad de la Virgen del Prado de Sevilla indican que el 27 de junio de 1927 se constituyó en Sevilla una DIPUTACIÓN dependiente de la Hermandad matriz de la Virgen del Prado cuya finalidad sería la de comunicar a todos los higuereños residentes en Sevilla. Ignoramos, a falta del examen de archivos municipales tanto sevillanos como higuereños quiénes formaron parte de la misma, pero sí que sabemos que en 1927 se relacionan y se comunican con esa diputación 38 hermanos de la hermandad matriz de Higuera. En 1928 son cuarenta las personas a las que la Diputación asiste. E igual número en 1929. Todo hace pensar que funcionó según diseño de Don Manuel Fal Conde, Don Rafael Lancha y Don José Mensaque pero bajo dirección higuereña.
Aunque no tenemos documentos directos de esta Diputación, si los tenemos indirectos y así, en una misiva de 22 de mayo de 1949 dirigida al Hermano Mayor de Sevilla, el Hermano Mayor de Higuera se congratula por la reorganización de la Hermandad, lo cual da idea de que, efectivamente, esta Diputación existió y fue, mientras duró, efectiva y dependiente de la Hermandad del Prado de Higuera.
En 1930 se da por terminada la labor de la Diputación, la cual pudiera haberse producido a causa de desavenencias políticas por no estar dispuesto el Sr. Alcalde a subvencionar ningún proyecto en el que no se encontrasen los tres proponentes de la Confederación que en un principio se propuso crear. Al no estar subvencionada la obra con fondos públicos la Hermandad de la Virgen del Prado se hizo cargo de este proyecto hasta que sus arcas comenzaron a resentirse de tal gasto.
Los higuereños emigrados, por divergencias a ellos ajenas, vuelven a quedar solos y desamparados. Se disgregan. Comienzan a perderse las comunicaciones entre ellos y vuelven al aislamiento y a perder el lazo que les servía de unión con su patria chica. Continúan enfrentándose a los problemas cotidianos sin la confianza que les ofrecía el tener el respaldo de una institución como aquella. Se había frustrado de este modo el segundo intento de crear una entidad, la primera de tipo civil, y la segunda religiosa, que aglutinara a los higuereños emigrados, a sus descendientes, a los hijos de Higuera y a todo aquel que sin haber nacido en Higuera, se sintiese un higuereño más.

El nacimiento de una Hermandad.

Ya hemos visto que desde 1926 hubo esfuerzos por crear una institución que aglutinase, diese fuerzas, divulgase el amor a Cristo y a la Virgen del Prado y mantuviese en contacto entre sí y con el pueblo a los higuereños emigrados, sus descendientes y parientes y a todo aquél que, sin haber nacido en Higuera se considerase a sí mismo como higuereño por mantener vínculos. En definitiva, una institución que reuniese a todos los hijos de Higuera.
No obstante habrá que esperar a la década de los cuarenta para volver a tener datos del amor por Higuera de la Sierra de los hijos de Higuera residentes en Sevilla y sus alrededores. Quien escribe y firma, oyó alguna vez en su casa hablar del año 1945 como fecha en la que, aún después de la guerra y de las dificultades por las que pasaban los españoles en aquella década, grupos de higuereños continuaban reuniéndose por el mero hecho de volver a verse y de hablar del pueblo y de la suerte que muchos de ellos habían corrido. Casi veinte años después de su marcha, eran sevillanos de adopción e higuereños de corazón. Y ya se habían afincado en Sevilla o su provincia, y muchos prosperado. De hecho, fue costumbre invitar a conocidos higuereños a bautizos, bodas, primeras comuniones o hasta para presenciar espectáculos deportivos. Y continuaban prestándose entre ellos ayuda mutua.
El primer acto en honor de la Virgen del Prado.

Dado lo anterior, no cesó en su empeño D. Manuel Fal Conde por la necesidad y bondad de que en Sevilla hubiese alguna corporación que uniese a todos los Higuereños residentes en Sevilla, y ese vínculo no podía ser otro que el amor y la devoción por Nuestra Señora del Prado.
Hasta este año 2008 pensábamos que el nacimiento de la Hermandad de la Virgen del Prado de Sevilla comenzó a gestarse en 1949. Pero un artículo de D. Pablo Santos López sostenía que la Hermandad comenzó a gestarse en 1948. En otra nota personal de D. Manuel Rincón Pérez de Vargas a D. Alfonso Fal de 1983, D. Manuel le recordaba que D. Pablo Santos sostenía que la hermandad se fundó 35 años antes, es decir, en 1948. Dado lo cual, buscando afanosamente en los archivos históricos de la Hermandad de Sevilla, efectivamente, hallé un escrito sin fecha que se suponía transcripción de un telegrama enviado por los señores D. Antonio Mantero, D. Rafael Lancha, D. Lucas Fernández y, quien lo escribió, D. Manuel Fal Conde, en el que se afirma lo siguiente:“Los higuereños residentes en Sevilla al celebrar hoy día Encarnación con solemne Misa comunión reunidos constitución Hermandad Virgen del Prado de higuereños residentes en Sevilla acuerdan expresar ustedes nuestro fervoroso entusiasmo rogándoles depositen plantas Santísima Virgen nuestras oraciones más fervorosas. Mantero, Lancha, Lucas, Fal.”
A lo que Don Francisco Girón respondió, con fecha 28 de marzo de 1948:
“En nombre de Hermandad le agradezco telegrama y le felicito de todo corazón por el entusiasmo y el fervor de los Higuereños Sevilla en misa Nuestra Virgen. Francisco Girón.”
Testimonios escritos existen de D. Pablo Santos de que en los años 1948, 1949 y 1950 tenían lugar reuniones en la calle Albareda 19 y en la Avenida de la Borbolla 10. Es evidente, y sabiendo cómo es Sevilla con la Hermandades, que, aunque de modo rudimentario, un núcleo organizador de eventos debió de haber ya en 1948 para ser capaces de congregar en la Iglesia parroquial del Divino Salvador a los hijos de Higuera y para hablar en su nombre; razón por la que en la procesión del Corpus se reconoce la antigüedad de 1.948.
Una vez hecho lo más difícil, que es dar el paso inicial, volvieron a reunirse en 1949, pero sin fecha que conste aunque, eso sí, en los meses de enero o febrero, D. Manuel Fal Conde, D. Rafael Lancha Fal, D. Antonio Mantero Sánchez, D. José Mª Mantero Sánchez, D. Joaquín Mozo Rodríguez, D. Lucas Moreno Rufo, D. Salvador Castillejas, D. Primitivo Santos, D. Sebastián Santos Rojas y D. Pablo Santos.
La reunión tuvo lugar en el domicilio de Don Manuel Fal Conde, persona que luchaba con toda su fe e ilusión por aquello que creía necesario y bueno y que fue quien convocó a los anteriores para expresarles la intención de fundar una Hermandad de la Virgen del Prado en Sevilla ya que todos los convocados eran naturales de dicha villa.
Por unanimidad se aprobó que dicha Hermandad sería independiente de la Hermandad de Higuera pero sí estrechísimamente ligada a ella por el amor que tenían a la Virgen del Prado y presta a cooperar con ella en lo posible y necesario.
Fue a Don Manuel Fal Conde a quien, por ser el propulsor de la idea, se le encomendaron la redacción de los Estatutos y las relaciones con la sede cardenalicia para tramitar la consecución del correspondiente Decreto de Erección Canónica.
Así pues, y dado que la intención era constituirse en Hermandad, lo primero que había que hacer era nombrar una Junta Directiva que sería provisional hasta que fuese ratificada por Palacio y se encargase de todo aquello necesario para que la Hermandad en ciernes funcionase como tal ya que hasta ese momento no había ninguna cabeza visible que ordenase o que exigiese responsabilidades. La Junta Directiva primera quedó así:
Hno. Mayor D. Antonio Mantero Sánchez
Mayordomo D. Sebastián Santos Rojas
Tesorero D. Lucas Moreno Rufo
Secretario D. Pablo Santos López
Vocales D. Manuel J. Fal Conde
D. Rafael Lancha Fal
D. Joaquín Mozo Rodríguez
D. Primitivo Santos

Los primeros actos de culto que se acuerdan son en Honor a la Virgen del Prado de Higuera de la Sierra ya que en marzo de 1949 la imagen de Higuera vendría al taller de Sebastián Santos a ser restaurada durante un tiempo aproximado de dos meses. De este modo, y antes de que la imagen retornase a Higuera, se pretendió la organización en la Parroquia del Divino Salvador de cultos y festejos en Su honor, siendo el primero de ellos el del 25 de marzo de 1949. En un a reunión de Junta General ese mismo día 25 se designa a D. Andrés Guillén Aguilar, párroco del Salvador, como Director espiritual de la Hermandad. El 26 de mayo de 1.949 día de la Ascensión se realizael primer acto de culto externos sacando procesionalmente a la Virgen del Prado de Higuera de la Sierra una vez restaurada, terminada la cual fue llevada solemnemente a Higuera de la Sierra.
La talla de la Virgen del Prado de Sevilla.

Tanto Manuel Fal Conde como Sebastián Santos, conocedores del mundo cofrade sevillano y andaluz, eran conscientes de que para la obtención final de un decreto de erección canónica sería fundamental tener una imagen a la que venerar.
Aprovechando que la Virgen del Prado de Higuera estaba en sus talleres para ser restaurada a Sebastián se le ocurrió la idea de tallar una imagen casi copia de la de Higuera para que fuese venerada en el Salvador por todos aquellos que por un motivo u otro no pudiesen desplazarse a Higuera para ver a su Virgen del Prado.
Dicho y hecho. Fue tal y tan extraordinario el cariño que Sebastián Santos siempre tuvo por su Virgen del Prado que la Virgen que veneramos en Sevilla fue donada por el propio Sebastián sin querer recibir nunca nada a cambio de tan extraordinaria obra.
Habiéndose Sebastián ofrecido a realizar la Virgen y estando manos a la obra en ello, en Cabildo celebrado el día 25 de junio de 1949 los Señores Rafael Lancha Fal y Joaquín Mozo se comprometieron a costear la corona que luciría la Virgen y se acordó que Sebastián Santos pasaría factura a la Hermandad por las cantidades necesarias para el vestuario de la Virgen
Todo parecía sobre ruedas, hasta que a finales del 49 y principios del año 1950 Sebastián comenzó a tener una dolencia de nervios en una mano que en ocasiones le impedía coger los utensilios propios de un imaginero. De hecho, y sin poder, llegó a pensar que esta imagen sería de las últimas que realizaría puesto que ni el Sr. Mantero ni el Sr. Ríos Mozo, médicos de lo mejor de España en aquél tiempo, pudieron dar con la causa de la dolencia. Ante esta situación, Sebastián decidió tallar esta imagen como una gran oración a su Virgen del Prado por una mejoría en su dolencia. Ese fue el motivo por el que siempre, y en todo momento, La talló de rodillas, en un reclinatorio. Según él mismo, el día que terminó la Virgen el dolor en su mano desapareció y jamás volvió a padecer de ninguna dolencia semejante. Nuestro Sebastián, el mejor imaginero que el siglo XX ha conocido, siempre atribuía su curación a la intercesión milagrosa y curativa de su Virgen del Prado.
También se prestó Sebastián a realizar la hornacina en la que la Virgen se hallaría dentro de la capillita del Stmo. Cristo de los Desamparados, por la que cobró 3.000 pesetas y que tan extraordinariamente encaja con la Virgen que alberga.
Para febrero de 1950 ya estaba terminada la Virgen. Don Manuel Fal Conde trató de hacer todo lo posible por que el Cardenal Segura fuese al Salvador y bendijese la Imagen, siendo la fecha prevista la del 25 de marzo. Finalmente, ante la imposibilidad por concurrencia de cultos en esas fechas con otras Hermandades y por la Semana Santa y Pascua de Resurrección, tuvo que demorarse la bendición de la imagen hasta el 30 de Abril de 1950 a las once de la mañana, siendo la bendición realizada por el Iltmo. Sr. Vicario General D. Tomás Castrillo Aguado. Como anécdota, reseñar que todos los asistentes quedaron maravillados por la solemnidad de los cultos llegándose a considerar a la Hermandad de Sevilla como “una verdadera Hermandad”, por parte de los invitados asistentes. Tal era el ánimo reinante entre los hermanos. Así pues, la Hermandad asistió corporativamente a una procesión organizada por la Hermandad de Pasión para el cuatro de junio de 1950. (También la Hermandad de San Cristóbal, con sede en el Salvador, nos mandó invitaciones para asistir como corporación a sus actos) Y no olvidemos que todavía no teníamos el Decreto de erección canónica como Hermandad, pero nuestro poder de organización y de convocatoria era por aquél entonces enorme. De hecho, actos como el del 30 de abril, serios y bien estructurados, sirvieron enormemente para agilizar los trámites de constitución de nuestra Hermandad. La Virgen del Prado de Sevilla según se acordó por la Junta de Gobierno y consta en las actas de la hermandad salió en procesión tras su bendición de la Colegial del Divino Salvador hasta su Capilla con gran asistencia de fieles.
La Iglesia Católica, siempre tan cauta y sabia en sus decisiones, quiso recompensar a la Hermandad unos días antes de los cultos que se celebrarían a partir del 5 de mayo de 1951. Así, el 1 de Mayo, a instancias del Cardenal Segura, se firmó el Decreto de Erección Canónica por el Iltmo Sr. Vicario Doctor Tomás Castrillo (Expediente 34164) y el 28 de junio fue Don Antonio Herrera Gómez, como Notario Mayor de la Curia Eclesiástica, quien emitió un certificado de veracidad del Decreto de Erección y que llegó a la Hermandad unos días después.
No obstante, y como anécdota, creemos habría una filtración de Palacio porque en las octavillas que se difundieron anunciando los cultos que empezarían el 5 de mayo, ya se indicaba cuál era la sede canónica de la Hermandad, lo cual indica que sin tener el decreto en sus manos, ya había en la Junta de Gobierno constancia de su dictado. JOSE MARIA RUIZ GRANADO